jueves, 21 de mayo de 2009

Un mes tarde...

Llegaba tarde, tenía miedo de que la situación hubiese cambiado pero ella había quedado con él. Llegaba un mes tarde, perdió el tren que debía coger y cogió otro pasado un mes. Fue cobarde, al principio no quiso coger lo pero para cuando se decidió, el tren se había ido. Volvió a casa y volvió a la estación pasado un mes.
Ahora ella debía hablar con él, explicar algo inexplicable, el motivo de su retraso, de ese mes sin noticias...
Fueron a la cafetería de siempre, ella estaba nerviosa y él expectante. Empezaron a hablar de sus amigos y conocidos y de repente estalló la guerra en la conversación.

- El día que habías quedado conmigo y no apareciste conocí una mujer con la que mantengo una relación.
- ¡Una relación! ¿De qué tipo? ¿Vais en serio?
- No, quedamos de vez en cuando...
- Y... ¿Por ella te has olvidado de mí? ¿Eso es lo que me quieres decir?
- No, sino no estaría donde estoy, pero ya no es lo mismo...
- Claro que no es lo mismo, ha pasado tiempo y hay otra mujer. Pero a mí esa mujer no me importa, tú eres el que me importa.
- No lo parecía hace un mes...
- No me juzgues... No sabes como he estado, no sabes lo que me ha pasado...
- Si no me lo explicas...
- Ni yo lo entiendo para poder explicarlo. Como decirte... el día que tenía que coger el tren tuve miedo pero al final llegue tarde a la estación y perdí el tren, lo que me ha hecho llegar a esta cita un mes tarde es un miedo que no entiendo.
- Y durantes este mes, ¿qué has estado haciendo? Esperaba noticias tuyas...
- He estado pensando y superando el miedo.
- Un mes... Ha sido mucho tiempo y yo también he estado pensado. Ay! No se...
- ¿Qué no sabes?
- Si te quiero...
- Solo te pido que pienses y que ahora me abraces... buff, creo que me tengo que ir... – Las lagrimas estaban bordeando los surcos de los ojos y estaban esperando una gota para tener fuerza y derramarse por la pálida, triste piel de ella.
- No me hagas esto, ha sido mucho tiempo.
- He estado mal, no te pido que me quieras, te pido que me abraces.

Aquella fue la última gota y las lagrimas corrieron por la cara de ella haciendo que la mascara negra ensuciara toda su cara.
Él la abrazó y ella siguió llorando. Le quería pero él no. Había llegado tarde a una cita tras un mes lleno de dudas...

5 comentarios:

  1. Conozco ese miedo, yo llego casi dos años tarde, y no sé si algún día llegaré, una vez le mandé un mensaje pero nunca contestó. Ahora me enamoro de cuerpos que se parecen al suyo, de sus ojos en otros hombres, de otros rizos y barbas... y le sigo buscando sin saber porqué no cogí el teléfono ni una sola de las veces en que llamó... fue el miedo, siempre el miedo... y así no se puede vivir. No se lo había contado a nadie...

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  2. por cierto, me gusta este nuevo rincón que te has echado... biher gauz

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  3. eres una vendida eh, has abandonado nuestro rinconcito.
    En fin, supongo que todo el mundo aprende cuál es el virus del miedo, y cuán malo es, y cúanto hace que te arrepientas. No obstante, creo que es algo tan irremediable como la envidia.

    Luego están los que dicen que nunca es tarde si la dicha es buena.

    Muxu bat bilbotarrass

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  4. fijate, ni siquiera soy mayte, soy may eta amaia.

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  5. hay veces en las que hay que dejar al pájaro volar...

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